Sentirse animal

En el néctar sustancioso de beber y conectar pude llegar a sentirme oso Y con aliento baboso Sin importar el horario subimos como coyotes Sin importar los juanetes nos quitamos los zapatos Con las manos como chango, las piernas como conejo Con el pellejo de pollo y con la sonrisa de perro Subimos piedra por piedra por la vereda inclinada Hasta llegar sin errar justo en medio de la nada En el lugar del tejón, del halcón y de la luna Aullamos como manada entre la cuna empedrada Entre la euforia y el canto, el respirar de verdad El encanto de la luz que te insinuaba el paisaje Todo era felicidad Y una voz de varios tonos como el canto del cenzontle Advirtió entre el alboroto que había que bajar del monte Pues aunque estaba templado y el aire te acariciaba Entrada la madrugada los animales sin pelo Necesitaban morada Y así como no queriendo comenzamos el descenso Y como fuimos bajando se comenzó a poner denso Quise buscar sobriedad y razonar como humano Y la fuerza de gravedad me hizo caer en mi mano Resbalar algunas veces, caer entre algunas hierbas Al recargarme sobre ellas por confundirlas con piedras Que raspaban como lijas Y me perdí entre las figuras que figuraban mil cosas Y esto me hizo llegar al ras de las lagartijas Recostado respirando con sabor vertiginoso Invertí mi razonar por un instinto glorioso Mis sentidos escondidos me asustaron lo pendejo El ver que estaba más fácil andar como los cangrejos El poder de la montaña me hizo sentir como en casa Cuando perdí mis zapatos por caminar como araña Le fui agarrando la maña y no me volví a sentir mal Al descubrir que en el monte Hay que sentirse animal