San Petersburgo

Se muere el sol y nace inquietud En ese piso tan pequeño que la soledad quiere tan amplio Bombillas de cansada luz Y paredes ya no piden cambios Murieron hace años aceptando un cuadro barroco sin virtud Un mantel de tonos agrios Conquistado por el humo de cigarro De anteriores inquilinos de labios amargos La sala un almacén de sueños ordinarios fallecidos Aún puedes sentirlos, estuvieron vivos Mantenidos en letargo. Sus dueños ya se han ido Y con ellos el latido de una idea Que no soportó el retardo, presa en un otoño huido ¡Qué pesado algo supuestamente liviano! ¿Cómo es tan difícil amar algo tan cercano? ¿De qué sirve dormir bien y alzarse temprano Si el arma que nos hiere se aloja e lo cotidiano? Romper el ciclo, partir la línea Cortesía de bolsillos limpios, bebidas tibias Vivo en Raskolnikov, con fiebre y delirio Buscando el acuerdo con la conciencia en un puente y un río Otro vidrio vacío, otra luna se echa encima Otra puta sobrevive de abuso y propinas La tele hace meses que es un ruido de fondo Porque aquí silencio es de plomo y cae como un yugo en los hombros Es erguir la espalda, sentir la carga A altas horas zancads largas no salvan del alba Entre luces de farolas, personas solas, solares Y estampas que desolan a quien se estanca No adopto la pose de un poeta, Ni me rodea un aura mística. Sin formación artística Información balística es la que extraes de mis letras Agujereando moléculas