1er Domingo de Cuaresma: Antífona de Comunión (Mateo 4, 4)

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios. Di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti». No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios. Porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa. No se acercará la desgracia. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.