Versos de un alma perdida

En la sombra del alba suspiro Tu voz, un eco que aún miro Eras viento, fugaz caricia Y yo, la sed de tu sonrisa Eterna luz que nunca alcanza Mi piel añora tu balanza Entre la calma y la tormenta Fuiste un latido que se lamenta Hoy el tiempo calla y avisa Que el olvido lleva tu brisa Pero en la niebla, aún persiste El murmullo de lo que existe Camino lento, sigo tus huellas Bajo cielos sin más estrellas Ecos rotos, pasos heridos Sombras hablan de lo perdido Qué quedó del fuego encendido De aquel juramento escondido? Fue mentira, o fue verdad Que se rompió por la mitad? La luna, cómplice y silente Me observa, fría y doliente Ella sabe lo que no digo Lo que se fue contigo A veces pienso que aún me esperas Detrás del tiempo, entre quimeras Que un día, al fin, con los luceros Se fundirán nuestros senderos Pero el reloj sigue su paso Desarma el alma, rompe el lazo Cada segundo pesa más En este duelo que no se va Cierro los ojos, vuelvo al río Donde reía tu desafío Agua y cielo, tu alma ardiente Eran el todo en mi presente Hoy el río es solo lamento Un eco sordo en el viento La corriente lleva palabras Que se pierden y no me salvan Cómo sanar lo que no muere? Un sentimiento que aún me hiere Un hilo frágil, casi invisible Entre la herida y lo imposible Quizá, en la próxima aurora Cuando el dolor cese y se evapore Hallaré en mí la paz que imploro Y tus cenizas, al viento, lloro Mas hasta entonces, en cada verso Cantaré el duelo de un universo Porque amarte fue la condena Y olvidarte, la eterna pena Qué es el amor, si no un abismo? Un cruel tormento de heroísmo Un salto ciego, un grito mudo La batalla de lo absoluto Y así, en mis versos, seguiré Cosechando sueños que no hallé Tu nombre vive, tu sombra pesa En cada letra, en mi tristeza Fin del poema, y comienzo eterno De un amor perdido en su invierno.