La Huida

Anhelar la llegada A un lugar sin freno Que deslumbra las miradas Arrancando las palabras Colmando de colores Esta huida sin precedentes Significante rescate De unos ojos ausentes que desmienten El hogar de un rostro Desolado sin consuelo Rastreador de caminos Creador de nuevos sueños La raya que limita se llama horizonte Acercarme sin miedo poner mis pies al borde Que cuelguen percepciones, el sur, el norte Lo más jodido no es que falte un pasaporte Lo que ata es el ancla y su falta de eslabones Robar ese cobre, fundiendo, construye extensiones Allende estas fronteras corona en la cofa Añora tierra propia y también odia Y también la odia Tomar distancia No quiero dejar de soñar mi llegada No quiero tener que esconder esta huida Me atrapan las ganas, desgarran las balas Solo quiero marchar Sin destino ni fecha Sin tener nuevo hogar Permanente temporalidad atemporal Desdibujada entre mis líneas Con versos suaves hambrientos De una cura en un lejano tiempo Vereda gris incierta Certidumbres deconstruidas Paisajes sin fronteras Son parte de la huida Kilómetros alivian y no agobian Su cora toca el bucio, estornuda alisios El agobio sobre lo bonito no le fue ficticio Los valores del bullicio tienen valor nimio Lo desconocido a veces es jodido Cae al precipicio, rodando en lo obvio Su mapa ancestral no comulga con el territorio Un saliente, una vertiente, el Teide es un hoyo El Roque Nublo una piedra en un arroyo Los ojos miran las pisadas de antaño Volver, volver Volver Sanar, curar el daño Volver, volver, volver, Sanar Curar el daño Años, años, años Daños, alivios, alivios, daños Años, años, años Daños, alivios, alivios, daños Años, años, años Daños, alivios, alivios, daños