Iceberg

Me estoy acostumbrando a la ansiedad Como el que anda por su casa con la luz apagá Si pa conocerse hay que palpar Los callos de mis manos hacen ponencias sobre encallar Tengo Pompeya en la mirada y Nagasaki en el pecho Y un laberinto sobre mi lecho, me pierdo Telarañas, helechos… Porque mi plato favorito es el techo Pero somos de sacar fuerzas aunque no las haya De lijar acantilados hasta que sean playas Ojo con coger del tallo y no dar la talla, porque aquí al que falla, cizalla y yo Ya no le ruego al cielo, me he vuelto un simplón, mi único anhelo es Dormir ocho horas del tirón, pero hace un eón que no cae esa breva Ya descansaré cuando me muera Mi definición de la felicidad la compongo En torno a una peli que suena de fondo Y a la cual ignoro Porque estoy demasiado ocupado pensando En que contigo a mi lado ya lo tengo todo Te prometo que me prometí que No escribiría sobre ti ¿Y sabes qué? Resulta que me mentí Aprendimos a dar flores sin descuidar las raíces Porque siempre hay alguien que las pise Yo pienso trabajarme poco a poco como keyframes Hasta que me miréis como a una pared del Thyssen Dicen que encajar es pasar por el aro Que a volar se aprende cayendo en picado Lo sabe la manzana tras hospedar al gusano A veces para sanar hay que cortar por lo sano Estate al loro, puedes sacar lecciones de casi todo Yo me abrazo la piel muerta como si fuese de oro Desde que sé que las hojas secas se convierten en abono Ya no estoy mustio si difícil es ver con nitidez y no me angustio Si en el paisaje no está lo que quise ver Porque sé de la timidez del iceberg Caminando sobre el fino hielo Hasta que se agriete el suelo Y deba sin consuelo pedir un minuto de silencio Por el silencio que envuelve mi miedo Y voy caminando sobre el fino hielo Hasta que se agriete el suelo Y deba sin consuelo pedir un minuto de silencio Por el silencio que envuelve mi miedo Caminando sobre el fino hielo Caminando sobre el fino hielo Caminando sobre el fino hielo Y no me angustio Si en el paisaje no está lo que quise ver Porque sé de la timidez del iceberg