Arrabales

Con tanta pasión por lo nuestro resurgiendo en los arrabales, habrá que extinguir el lamento signo de los tiempos que estuve sin ti. Y habrá que morder la manzana por eso del sur infinito, habrá que cumplir la condena por ver tus melenas mecerse ante mí. Si en tus ojos cargas lumbre, tus mejillas arden ante el porvenir, y hasta sangran las cebollas si intento huir. ¿Serán las palmas que el mundo toca al compás de tu sino, las que sueltan las amarras en contra del verso y el tiempo perdido? Que tu risa es una espada y es nuestra cruzada contra el mundanal ruido.