Dos Extraños

Mis manos siguen siendo tus manos y no lo puedes comprender. Yo sé que a veces somos extraños, pero mira, qué le voy a hacer?. Tendemos a adoptar posturas inquietantes por culpa del calor y los tranquilizantes. Intercambiamos valiosa desinformación acerca de los dos y eso, hasta donde sé, tampoco es lo peor. Mis ojos serán siempre tus ojos y aquí no hay nada más que ver. Tu mundo se cerró con cerrojos, pero mira, qué le voy a hacer?. Los abro sin pensar por qué no lo hice antes, -quizá por el calor o los tranquilizantes-. Somos humanos predestinados al nacer! Es nuestra condición y eso, hasta donde sé, os llama la atención. Buen intento, mi amor, y en cada espejo de este hotel mírate, míranos. . Sangre fría y valor porque hay que hacer lo que hay hacer sin consideración.